El Juzgado de lo Penal número uno de Logroño ha emitido la sentencia por la que condena a A.L.M. a la pena de un año de prisión y dos de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar por un delito de empleo no autorizado de veneno para la caza de animales tras intoxicar a varios perros de sus vecinos en 2007.
El 11 de enero de ese año, el acusado era propietario de una finca en el paraje conocido como Río Pedroso, en el término municipal de Anguiano, en la cual tenía varias colmenas. Con el objeto de cazar animales domésticos y silvestres que pudieran amenazarlas, decidió emplear como cebo varios conejos abiertos en canal, en los que introdujo altas dosis de veneno. El tóxico empleado (Aldicarb, un potente insecticida) causó la muerte de cuatro perros pertenecientes a dos vecinos con los que mantenía una mala relación como consecuencia de un problema derivado de un camino vecinal. Además, los cebos mataron a dos gatos, un jabalí, dos ginetas y una garduña.
Para asegurarse de la muerte de estos animales, A.L.M. introdujo en los conejos cantidades tan concentradas del insecticida que superaba en centenares de veces la dosis letal para mamíferos. De todos los animales muertos, tan solo el jabalí tiene la consideración de especie cinegética.
Uno de los vecinos del acusado dio un paseo junto a su perro el 24 de enero, cuando vio al can comiendo un conejo del suelo. Al día siguiente, el animal apareció muerto en el interior de la perrera, con restos de vómitos a su alrededor. El laboratorio constató que «la muerte se produjo tras la ingestión de cebos tratados con Aldicarb» y que «la presencia de este compuesto en cebos cárnicos indica claramente que hubo una intencionalidad en su colocación para producir la muerte de los ejemplares que lo ingirieran.
En la declaración realizada durante la vista oral del juicio, el imputado incurrió en
The.
numerosas contradicciones respecto a la investigación policial, tales como que no visitó su finca en fechas cercanas a la del delito, que nunca había almacenado veneno en su finca o que no poseía conejos blancos (del mismo color que los empleados como cebo).
En su declaración a la Guardia Civil, el acusado afirmó que «había tenido roces con algún vecino por los excrementos de los perros
que tiran en el paso del camino que lleva a su finca», motivo que le llevó incluso a emitir una denuncia ante el Instituto Armado.
Fuente: www.elcorreo.com
www.elcorreo.com/alava/v/20130721/rioja/condenado-prision-envenenar-perros-20130721.html